

Etimología de la palabra diálogo
Viene del latín dialogus que significa discurso racional, ciencia del discurso. Al pensar en la valoración de esta palabra nos viene a la mente una descripción: la conversación entre dos o más personas; sin embargo, si atendemos a su etimología nos encontramos con que para los griegos de la antigüedad este vocablo hacía referencia a: El prefijo –dia= “a través de”, “diferentes direcciones”–. –Logos= Palabra griega que tiene varios matices de significado: Logos es una palabra que meditada, reflexionada o razonada puede traducirse de diversas formas: habla, palabra, razonamiento, argumentación, discurso e instrucción; también puede ser entendida como: “inteligencia”, “pensamiento”, “sentido”o “el saber”–.
La palabra diálogo podría decirse que tiene un significado de unión entre las personas. Se contrasta también con la palabra diablo, que viene del griego diábolos, –dia= “a través de”–, –blo=ballo=ballein= “arrojar”, “tirar mentiras”, “tirar unas personas contra otras”, cuyo significado etimológico es que lanza algo a través, por ello que separa o divide, crea odios o cólera, envidia, calumnia, etc–.
De ahí la designación de “los puentes del diablo”, que hacen referencia a varias docenas de antiguos puentes de la época Medieval y según la tradición popular fueron construidos por el diablo –con su ayuda o también en contra de sus deseos– para unir dos puntos imposibles entre grandes montañas o lados de un gran río. Estos puentes debido a su difícil construcción se desmoronaban repetidas veces hasta que finalmente lograban establecer tal unión, saliendo de ahí la expresión de: “el arquitecto había hecho un pacto con el diablo”.
Por tanto, el uso del diálogo hace que se construya una unión, un puente de comunicación entre las personas mediante el uso de la palabra, el razonamiento y el discurso. El diálogo anula la función de separación, construye la unión y la búsqueda de algo.
Por ejemplo, decir que Sócrates concebía el saber filosófico como un intercambio de ideas, en el que dos o más personas razonan con un fin: acercarse a la verdad, para ello se basaba en dos procedimientos dialécticos: la ironía y la mayéutica; a través de la ironía planteaba preguntas incómodas y mediante la mayéutica iba “sacando a la luz” el conocimiento de su interlocutor.
Hoy en la dimensión terapéutica el diálogo se convierte en una búsqueda de algo: un acuerdo o pacto entre los interlocutores, un consuelo espiritual para el que sufre y un nuevo proyecto o un camino de sabiduría.